Razones del auge fascista en Albacete.

Posted by Unknown On miércoles, 7 de mayo de 2014 1 comentarios

No es ninguna novedad la escalada represiva que llevamos sufriendo desde que se empezaron a notar los efectos económicos de la crisis capitalista, ni nada nuevo es que los poderosos defiendan sus ilegítimas posesiones y su posición dominante frente a quienes no tienen nada más que perder salvo sus cadenas.

En Albacete no son pocas las voces que protestan contra la situación de miseria y desesperación que nos impone una minoría, ni son pocas las voces que protestan contra las organizaciones fascistas que tratan de desviar el movimiento obrero hacia absurdos caminos y falsos enemigos con la complicidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

En un principio, cuando los movimientos sociales empezaban a activarse y su ambigüedad daba cabida a cualquier sujeto “indignado”, tan sólo la vigilancia era el método reinante. Después, cuando en el seno de estos movimientos se empezaron a ver las brechas entre los elementos inofensivos para quien tiene el poder y los elementos revolucionarios, fueron éstos últimos las víctimas de la persecución y el acoso psicológico por parte de la Brigada de Información de la Policía Nacional, cuyos agentes identificaban “rutinariamente” a los y las jóvenes revolucionarias en la puerta de sus casas, en charlas informativas y durante el reparto de panfletos con una doble intención: criminalizarles a ojos del resto de estudiantes y trabajadores por un lado, e intentar mermarles psicológicamente por el otro con frases como: “voy a estar detrás de ti”, “no vas a tener descanso”, “cuenta tus pasos, nosotros lo hacemos”, etc...

Y aunque sus acciones no lograron mermar a la mayoría de los activistas revolucionarios, si lograron frenar a quienes todavía no habían adquirido un serio compromiso con la causa obrera, ya que por su juventud o por carencias emocionales no soportaron la presión diaria.

Más tarde, cuando los movimientos sociales empezaron a reducir su actividad, debido en parte al abandono de los jóvenes revolucionarios, y volvieron a ser menos importantes para los perros de presa del Estado, fueron otro tipo de acciones las que llamaron su atención, ya que muchos de esos jóvenes que abandonaron dichos movimientos vieron que las únicas acciones que les quedaban se salían del espectro legal de protesta, ya que dentro de la legalidad no contaban ni cuentan con un apoyo ni con una base social que les proteja de las actuaciones represivas del Estado, mientras que la clandestinidad les daba y da el “anonimato”.

Ante las acciones ilegales de estos jóvenes, las Fuerzas de Seguridad de Albacete se vieron sorprendidas ante su propia incompetencia al no lograr detener ni tener prueba alguna contra los mismos, y fue entonces cuando los elementos fascistas dentro de estas Fuerzas de Seguridad comenzaron a emplear otra táctica, que fue volver a lanzar como se hizo antaño a sus jóvenes reclutas de organizaciones fascistas y ultras del fútbol contra quienes ellos identifican como “extrema izquierda”, forzando mediante la confrontación callejera a muchos de estos jóvenes a salir del anonimato en lo que a rostro y nombre se refiere, teniéndolos así bajo la vigilancia necesaria para que rebajaran su actividad clandestina de protesta y aprovechando también para fortalecer sus lazos con distintos grupos nazi-fascistas de la ciudad y formar nuevas agrupaciones como el MSR y la Liga Joven.

Todo lo relatado responde a un proceso de fascistización y a la intención que tiene la burguesía en utilizar ese proceso para desviar las luchas revolucionarias que atacan la raíz del problema: la propiedad privada.


Albacete es un claro ejemplo de todo ese proceso, un claro ejemplo de cómo la burguesía cada vez se ve más necesitada de recurrir al fascismo y la ultraderecha para mantener sus privilegios, ya que son movimientos que dividen a los y las trabajadoras fomentado el racismo y el nacionalismo, evitando una respuesta conjunta contra quienes realmente manejan la sociedad y nos condenan a la miseria mediante el engaño, el robo, la represión y la explotación.

En nuestra pequeña ciudad hemos podido ver claramente cómo se ha tenido que recurrir al fascismo para frenar parcial y temporalmente las respuestas revolucionarias a su sociedad y medidas reaccionarias. Y también claramente hemos podido ver la complicidad de la Policía Nacional y Local con las organizaciones fascistas, los montajes policiales y las detenciones arbitrarias a jóvenes antifascistas. Pero no es novedad alguna que mientras se criminaliza y reprime al movimiento antifascista se proteja y ampare a nazis y fascistas.

Decenas de jóvenes han sido víctimas en Albacete de agresiones fascistas, jóvenes alternativos, comunistas, anarquistas, inmigrantes, homosexuales, chicos y chicas que por peinarse o vestir de manera diferente han sido perseguidos y agredidos; brazos rotos, cabezas abiertas, puñaladas y persecuciones.

CERO DETENCIONES
CONOCIENDO LA POLICÍA PERFECTAMENTE LA IDENTIDAD Y EL PARADERO DE CADA AGRESOR


Pero no nos sorprende y seguiremos luchando mientras tengamos brazos y piernas que mover . Sus perros con y sin uniforme no podrán parar la lucha de la juventud revolucionaria.


NO PASARÁN